Fuente: IDAE
Las Directivas Europeas marcan un camino hacia el ahorro energético reduciendo el consumo de los hogares y disminuyendo las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las familias españolas representan aproximadamente el 36% del consumo total de energía final, que se distribuye entre un 18,5% imputable a los usos energéticos de la vivienda y un 17% al uso del vehículo privado. El aumento de la eficiencia energética significa mejorar la calidad de vida, al permitir tener el mismo o más confort con menos consumo energético.
La sustitución de ventanas poco eficientes energéticamente por otras de mejores prestaciones es una de las actuaciones más fáciles y rápidas de realizar en los hogares. Además ofrecen una mejora en el confort y salud de los usuarios de las viviendas. Desde ASEFAVE (Asociación Española de Fabricantes de Fachadas Ligeras y Ventanas) se ha trabajado en la elaboración de esta Etiqueta de Eficiencia Energética de Ventanas, de carácter voluntario, para ayudar a usuarios y profesionales en la elección de sus ventanas.
Todos y cada uno de los ciudadanos podemos contribuir a reducir sustancialmente nuestros consumos de energía sin renunciar en absoluto al confort. Tengamos en cuenta que las familias somos responsables del 36% del consumo total de energía del país.
Una vivienda mal aislada térmicamente necesita más energía:
Entre el 25% y el 30% de nuestras necesidades de calefacción son debidas a las pérdidas de calor que se originan en las ventanas. El aislamiento térmico de una ventana depende de las calidades del vidrio y del tipo de carpintería del marco.